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Lloren amargamente,
    sacerdotes, siervos del SEÑOR,
porque ya no quedará vino ni grano
    para ofrecer en el templo del SEÑOR.
10 Hasta la tierra está de luto
    porque los campos fueron destruidos,
el trigo se ha echado a perder,
    ya no hay más vino nuevo
    y se acabó el aceite de oliva.
11 Sientan dolor, campesinos;
    sufran, cuidadores de viñedos,
por el trigo y la cebada,
    por la cosecha perdida.

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